Tras las alimenticias 'La lista negra' (‘The Dead Pool’, Buddy Van Horn, 1988) y ‘El cadillac rosa’ (‘Pink Cadillac’, Buddy Van Horn, 1989) —que dicho sea de paso, no fueron el éxito económico que se esperaba de ellas, provocando que Eastwood no volviese a dar vida a Harry Callahan y tampoco a interpretar cierto tipo de comedias que anteriormente habían funcionado en taquilla— el director de ‘Sin perdón’ (‘Unforgiven’, 1992) se metió de lleno en uno de sus proyectos más personales. Una de esas películas a las que se enfrentaba gracias al éxito de otro tipo de films —aquellas cintas de acción que le ayudaron a crearse cierta imagen entre el gran público—, y cómo no, al sueldo que cobraba como actor en ellas.
Para ello eligió la novela de Peter Viertel ‘Cazador blanco, corazón negro’ (‘White Hunter, Black Heart’) en la que narraba las experiencias vividas en el rodaje de la mítica ‘La reina de África’ (‘The African Queen’, John Huston, 1951), una de las películas de aventuras más perfectas que se hayan realizado jamás. Viertel mezcló hechos reales con otros inventados —incluso se cambiaron los nombres de los personajes por otros— y se centró sobre todo en su relación personal y profesional con John Huston —director tan amado como odiado por muchos— y la obsesión que éste tuvo por irse de caza en África durante la filmación del mencionado film. Eastwood, fan absoluto del cine de Huston, aprovechó la ocasión para hablar de sí mismo y sus sentimientos hacia el cine.