sábado, 26 de octubre de 2019

'Contrabando', pura tensión



Cuando en las conversaciones de carácter cinéfilo salen a colación los nombres de grandes directores de todos los tiempos, los lugares comunes se suceden uno tras otro. Ford, Hitchock, Murnau, Hawks, Borzage, Eastwood, Welles, Ophüls, Renoir, Spielberg y algunos más son los apellidos que suelen nombrarse ávidamente. Entre creadores, narradores, más o menos originales, entre los que aportan o sencillamente dignifican un arte tan masivo como complicado, yo siempre me acuerdo de otros nombres no tan famosos o considerados en su momento. Por supuesto que todos los citados me parecen absolutos genios, pero hay directores como Don Siegel, que a mí particularmente me parece que posee suficientes cualidades como para pertenecer a ese excelso grupo en el que delante del nombre del director suele decirse o escribirse “el gran”.

martes, 22 de octubre de 2019

'El buscavidas', la partida de la vida



‘El buscavidas’ (‘The Hustler’, Robert Rossen, 1961) es una de esas inmortales películas que casi pueden considerarse un milagro cinematográfico. Todo, o casi todo, se ha dicho sobre ella ya, y sin embargo cuando uno vuelve a ver por enésima vez la película es como si la viera por vez primera. Si en el arte existe la perfección, la película de Rossen se acerca mucho a ello.
Robert Rossen fue uno de los grandes directores estadounidenses en aquellos años; hoy está un poco olvidado, y el ejemplo está en cuando se habla de directores como Elia Kazan que, perseguido y acosado por el senador McCarthy en su famosa caza de brujas, terminó cantando ganándose el desprecio de muchos. Muy poca gente suele comentar que Rossen también fue un delator, y en este caso fue un director que odiaba Hollywood y todo cuanto representaba.

lunes, 21 de octubre de 2019

Burt Lancaster: El entusiasmo de una sonrisa


Nacido el 2 de Noviembre de 1913, Burt era el hijo menor de la familia Lancaster. Creció en un barrio de Nueva York con mayoría de inmigrantes italianos. Sus padres eran de ascendencia irlandesa. Eran pobre y tuvo una infancia difícil. Solía ir a una biblioteca y se convirtió en un lector voraz. Años después conoció a Nick Cravat, otro chico de la calle. Era una combinación curiosa: Burt que era el más amable y el pequeño y fanfarrón Nick. Burt Lancaster a esa edad consideraba que el teatro era cosa de mariquitas. Durante esos años tanto él como Cravat empezaron a prepararse para ser acróbatas y juntos aprendieron esas acrobacias circenses siendo poco después contratados para un circo.

'Rebeca', la sombra de un ser amado


'Anoche soñé que volvía a Manderley ...'. Con esta frase inolvidable comienza 'Rebeca' (1940) y de igual manera en el libro de Daphne Du Maurier. Una frase repleta de misterio que impone desde el principio la extrañez y confusión de sentimientos que se extenderán a lo largo de la película. Mientras la voz de Joan Fontaine nos describe la escena con ese sendero que serpenteaba y se retorcía, la cámara nos acompaña sigilosamente hacia la figura fantasmal de esa mansión, un caparazón abandonado sin susurros del pasado sobre la partitura mágica de Frank Waxman. Al final del camino, se descubre la belleza triunfante y majestuosa de Manderley. La luz engañosa te hacía ver la luz en las ventanas pero una nube tapaba la luna como una mano sombría. La fotografía de George Barnes le da un aura luminosa que se oscurece para retener solo lo gótico.  No podemos volver a Manderley pero podemos volver en sueños.  A unos extraños días que comenzaron en el sur de Francia.

domingo, 6 de octubre de 2019

'Matrimonio original', una comedia por amistad


Entre le excelente 'Enviado especial' ('Foreign Correspondent', 1940) y su primera colaboración con Cary Grant, la película 'Matrimonio original' ('Mr. & Mrs Smith', 1941) —a pesar de su título original nada que ver, afortunadamente, con el pésimo film de Doug Liman del 2005— fue abordada por el director británico como favor personal a una muy buena amiga por aquel entonces, la actriz Carole Lombard, una de las más grandes estrellas que ha tenido Hollywood, concretamente en los años treinta. Casada en aquellos años con el famoso Clark Gable, la bella y excelente actriz falleció en el culmen de su carrera en un accidente de avión un año después de la realización de la presente película. Su última película fue 'Ser o no ser' ('To Be or Not to Be', Ernst Lubitsch, 1942) y su temprana muerte —tenía 33 años— dejó al mundo del séptimo arte sin un talento enorme, entre otras cosas para la comedia.

Los asesinos de la luna - Nación de codicia, avaricia y violencia

  1921. Tulsa, Oklahoma. Un incidente entre un limpiabotas negro y una chica blanca desemboca en una batalla campal como más de 400 muertos,...