Marcel Carné fue un claro representante de lo que se llama realismo mágico, y que no a todos gustaba por igual. A pesar de que Carné se adelantó al Film Noir hollywoodiense con películas como la presente, el director francés fue objeto de los dardos de la Nouvelle Vague, que enseguida lo tacharon de encorsetado y perteneciente a una Francia que ya no existía.
Que mi admirado Truffaut —de todos los realizadores de la citada corriente francesa, el más inteligente y auténtico de todos, precisamente por ser el que menos se dejó influenciar por las "normas" de la corriente artística, que personalmente me resulta en su mayor parte insoportable— no sintiese admiración por Carné es algo que escapa a mi comprensión, cuando uno podría ser considerado sin ningún tipo de rubor un antecesor del otro, a pesar de sus estilos completamente diferentes. 'El muelle de las brumas' ('Le Quai des brumes', 1938) me parece perfecta por su forma de afrontar el sentimiento más loco e incontrolable que existe,cómo poco a poco lo va introduciendo en la trama hasta que finalmente es el motor y alma del film. Un film que cuenta en su papel principal con una de las estrellas más importantes de la cinematografía francesa: Jean Gabin.