domingo, 28 de julio de 2019

'Clave: Omega', profética coda final


Los primeros años 80 fueron especialmente difíciles para Sam Peckinpah. Su salud empezaba a deteriorarse peligrosamente, y el polémico director optó por llevar una vida más tranquila. Cinematográficamente se vio obligado a considerar proyectos a los que no encontraba ningún interés. Dirigir el cine que quería ya no era tan fácil, en realidad para él nunca lo había sido, pero en una época en la que la forma de hacer cine en Hollywood estaba cambiando, Peckinpah tuvo de repente la necesidad, indudablemente económica, de someterse a los estudios y demostrar a los productores que podía hacer perfectamente una película sin salirse de presupuesto y días de rodaje.

domingo, 14 de julio de 2019

'Jinxed!', el maestro ayudando a su maestro


El negocio del cine es de una ironía apabullante. Si hay un dicho en Hollywood que dice que un director vale lo que su última película, hablando evidentemente en términos económicos, —sabía mucho de esto Michael Cimino—, en el caso particular de Sam Peckinpah fue al revés. ‘Convoy’ (íd., 1978) había sido el mayor éxito económico del director, pero curiosamente tuvo muchos problemas para volver a dirigir. Probablemente tuvo mucho que ver el difícil carácter de Peckipnah, que le llevaba a tener enfados con muchísima gente del sector, sobre todo productores, los archienemigos del realizador durante toda su carrera con la excepción en ‘Quiero la cabeza de Alfredo García’ (‘Bring me the Head of Alfredo Garcia’, 1974) en la que tuvo total libertad. Peckinaph siempre se refirió a ese trabajo como el único enteramente suyo.

jueves, 11 de julio de 2019

'La muchacha que sabía demasiado', un juego y viaje al miedo



Mario Bava fue hijo de un director de fotografía, Eugenio Bava, también escultor, por lo que su dedicación al séptimo arte era algo lógico. Antes de dedicarse a la dirección trabajó como director de fotografía y encargado de efectos visuales para directores como Jacques Tourneur o Raoul Walsh, siendo también ayudante de dirección de Riccardo Freda, con el que inició, con películas como 'I Vampiri' (id, 1956) y más tarde con la sensacional ‘La máscara del demonio’ (‘La maschera del demonio’, 1960), el fantaterror gótico italiano, que nada tenía que envidiar a la famosa Hammer británica.
Tras esa época, que esconde verdaderas joyas en un cine desgraciadamente poco conocido fuera de su país, se hizo muy popular el giallo, subgénero de terror, inspirado en las famosas novelas policíacas y de misterio, gracias a directores como Dario Argento. Pero el origen del género se considera de forma oficial con la presente ‘La muchacha que sabía demasiado’ (‘La ragazza che sapeva troppo’, 1962), con la que Bava se adelantó en cierto modo a lo que más tarde se explotaría hasta la saciedad. Una pequeña maravilla no exenta de fallos pero que se disfruta de muy buen grado.

martes, 9 de julio de 2019

'Sully', el optimismo


'Sully' (íd., 2016) es la película número 35 de Clint Eastwood como director. También una de las más cortas: 96 minutos. Su cuarto biopic consecutivo tras los dedicados a J. Edgar, los Jersey Boys y Chris Kyle, personas reales que en la ficción se convierten en personajes del universo Eastwood. Personajes más allá del bien y del mal con los que el director natural de San Francisco ha metido el dedo en la llaga, sobre todo de índole moral. Una búsqueda de la verdad desde la ficción que ha acabado en fábulas sobre la realidad.
Tras la magistral ‘El francotirador’ (‘American Sniper’, 2014) Eastwood ha cambiado de tono completamente, pero conservando la estructura y estilo de todos sus biopics, tomando como referencia el mejor de todos, esa oda a la libertad que mostraba el lado más oscuro de Charlie Parker. Sin embargo, la ironía y mala leche de sus mejores películas, la dureza sin paliativos de sus obras más hondas, desaparece en ‘Sully’, convirtiéndose ésta en el film más optimista, por así decirlo, de su filmografía tras las cámaras.

jueves, 4 de julio de 2019

'Éxodo', todos los frentes


‘Éxodo’ (‘Exodus’, Otto Preminger, 1960) es la película que dio a Paul Newman la condición de gran estrella. Aunque ya era conocido por varios populares papeles, fue su interpretación del líder judío Ari Ben Canaan para esta superproducción la que le elevó hasta lo más alto en popularidad, gracias a que el film fue un estruendoso éxito en todo el mundo. Por el tema muchos llamaron oportunista a su director, el gran Otto Preminger, que produjo él mismo la película.
El director de obras maestras como ‘Laura’ (íd., 1944) había quedado impresionado con la novela de Leon Uris que se basó la creación del Estado de Israel, y la odisea del Exodus 1947, barco que transportó 4500 judíos desde Francia a Palestina, que estaban bajo el mando del imperio británico, estos interceptaron el barco y devolvieron parte de sus ocupantes a Francia y otros a Alemania a campos muy parecidos a los del exterminio. Eso fue la historia real, tanto el libro como la película convirtieron ese viaje en un éxito.

Los asesinos de la luna - Nación de codicia, avaricia y violencia

  1921. Tulsa, Oklahoma. Un incidente entre un limpiabotas negro y una chica blanca desemboca en una batalla campal como más de 400 muertos,...