Cuando ves a Velázquez y lo que hizo durante sus años más oscuros, tiendes a preguntarte por qué hizo eso. Pero estoy seguro de que él no llegó y se dijo "voy a empezar a pintar de forma oscura, voy a iniciar una etapa oscura en mi carrera". Tan sólo lo hizo. Y es en ese preciso momento cuando el verdadero arte se revela y adquiere trascendencia.
Estas palabras del propio Clint Eastwood eran la respuesta a una pregunta sobre el porqué del oscurecimiento de su cine a partir de 'Mystic River' (íd., 2003). Aunque la mayoría de sus personajes están bañados de cierta oscuridad: misteriosos hombres, con pasado tormentoso y futuro incierto, en historias ausentes de convencionalismos, es a partir del presente film cuando el cine de Eastwood incide en lo más duro del alma humana, mostrando sin miramientos lo horrible del ser humano, lo miserable de nuestras vidas y la total y abosluta falta de esperanza. En ese aspecto 'Mystic River' es probablemente el film más trascendental de su director, su historia más grande jamás contada, el bigger than life que tanto le gustaría a realizadores como Nicholas Ray.