Envié mi alma a través de lo Invisible
Para saber algo del Más Allá.
Y con el tiempo mi alma regresó a mí
Y contestó: “Yo mismo soy el Cielo y el Infierno".
Rubaiyat de Omar Khayyam
Con ese cuarteto finaliza y empieza 'El retrato de Dorian Gray' (1945). Oscar Wilde describió al Rubaiyat como "una obra de arte", ubicándolo al lado de los sonetos de Shakespeare como uno de sus grandes amores literarios. De hecho denominaba a Omar Khayyam como 'El rey de hedonismo', una palabra que sirve para definir en parte su novela 'El Retrato de Dorian Gray'. En ella hay una búsqueda del placer y el bienestar en todos los ámbitos de la vida, siendo ese placer el bien supremo. Por el contrario, Oscar Wilde abre su novela con un prefacio escribiendo "El artista es el creador de cosas bellas" y lo finaliza en una aparente contradicción: "Todo arte es inútil". Todos esos elementos configuran una de las obras literarias más importantes de la historia y la adaptación al cine en 1945 evoca de manera extraordinaria lo que transmite la novela.