‘Mundo sin fin’ (‘World Without End’, Edward Bernds, 1956) es el primer título de Sci-Fi de su director, un todoterreno sin demasiado talento, pero sí muchas ganas. El film es uno de los más originales de aquella época de los cincuenta, y al mismo tiempo uno de los más risibles, si se mira con la lupa de la ideología y al que el paso del tiempo ha dañado considerablemente en algunas partes, a pesar del glorioso cinemascope que luce todo el film. Sin embargo posee más elementos que la hacen disfrutable, eso sí, entrando en el juego. Como siempre.
Para empezar, la película supone todo un precedente de esa joya del género titulada ‘El planeta de los simios’ (‘The Planet of the Apes’, Franklin J. Schaffner, 1968), puesto que el argumento y el inicio son casi idénticos. Sin embargo, allí donde Schaffner triunfa, con un manejo del suspense y convenientes dosis de aventura bien entendida, Bernds se limita a ser anecdótico, desaprovechando las enormes posibilidades de un viaje en el tiempo, desde ese planeta que tanto ha fascinado al cine en diversas épocas.