lunes, 21 de octubre de 2019

Burt Lancaster: El entusiasmo de una sonrisa


Nacido el 2 de Noviembre de 1913, Burt era el hijo menor de la familia Lancaster. Creció en un barrio de Nueva York con mayoría de inmigrantes italianos. Sus padres eran de ascendencia irlandesa. Eran pobre y tuvo una infancia difícil. Solía ir a una biblioteca y se convirtió en un lector voraz. Años después conoció a Nick Cravat, otro chico de la calle. Era una combinación curiosa: Burt que era el más amable y el pequeño y fanfarrón Nick. Burt Lancaster a esa edad consideraba que el teatro era cosa de mariquitas. Durante esos años tanto él como Cravat empezaron a prepararse para ser acróbatas y juntos aprendieron esas acrobacias circenses siendo poco después contratados para un circo.


En 1940, Burt Lancaster se lesionó un brazo y tuvo que dejar el circo. Realizó diversos trabajos tratando que decidir con su vida pero enseguida llegó la Segunda Guerra Mundial. Fue destinado a Italia, a la sección de servicios especiales que realizaba espectáculos para entretener a los soldados. Después de la guerra, en 1945, ya fue participando en sus primeras obras teatrales. Durante aquellos años le ofrecieron hacer una prueba para una película y Harold Hecht se convirtió en su agente. Poco después le ofrecieron su primer papel protagonista con 'Forajidos' (1946), película que convirtió a Burt Lancaster en una estrella. La reticencia y timidez de ese primer personaje contrastaba mucho con los personajes seguros de sí mismo que interpretó en la mayor parte de su carrera. Poco después en 'Fuerza Bruta' (1947) era un hombre irritable, decidido y cogiendo las riendas de su personaje con constantes consultas con el director Jules Dassin. Si algo definiría siempre a Burt Lancaster es que nadie le iba a decir lo que tenía que hacer. Iba a ser el dueño de su carrera. En aquellos años, era muy raro que un actor pensase de esa manera.

La primera producción independiente de Burt Lancaster fue 'Sangre en las manos'(1948), que fue una elección bastante rara dado que no quería romper con la imagen de tipo duro de anteriores películas. En los años 40, a Burt Lancaster se le consideraba sobretodo como un tipo duro. Interpretó una serie de hombre duros, callados, inhibidos físicamente, vulnerables aunque endurecidos. Él quería tocar otros aspectos de su personalidad. La primera oportunidad que tuvo fue con 'Todos eran mis hijos' (1948), donde pudo mostrarse como un hombre normal, muy atractivo enamorado de una chica joven. Aunque la primera película que protagonizó y era un papel hecho a la medida para él fue 'El halcón y la flecha' (1950) y por primera vez Burt Lancaster tuvo una participación activa ya que él mismo hizo todas las escenas de acción. Fue también la primera película donde coincidió con su gran amigo Nick Cravat. De pronto , en vez de personaje duro, pensativo, contenido y de movimientos lentos que era el Burt Lancaster que conocía el público, vieron a un actor optimista, un acróbata que sonreía todo el rato. La película le dio a Burt Lancaster una personalidad diferente y durante toda su carrera convivió con esos dos aspectos: ese carácter sonriente y aquel hombre de sus primera películas, controlado y más serio.

Burt Lancaster  se dio cuenta que si quería que le dieran papeles que merecieran la pena tenía que ser capaz de trabajar con actrices como Shirley Booth. En 'Vuelve pequeña Sheba' (1952) daba vida a un hombre de mediana edad, siendo una decisión que sorprendió en general pero Burt Lancaster luchó para conseguir ese papel. Era un actor muy versátil, como demostró en 'De aquí a la eternidad' (1953), con una actuación de gran fuerza donde aparece la escena más conocida de su carrera, aquella con Deborah Kerr en la playa. Posteriormente, con 'Veracruz' (1954) tuvo uno de sus interpretaciones más inolvidables como ese héroe que a la vez era un villano con un guión que se fue amoldando a su medida. Era un villano del cual el público se enamoraría. Burt Lancaster nunca jugó a ser una estrella de cine, jamás adoptó esa actitud. Después de 'Vuelve pequeña Sheba' realizó multitud de papeles, se parecieran a él o no. Siempre se lanzaba a nuevos retos y arriesgaba. Se atrevió a probarlo todo como hizo con 'La rosa tatuada' (1955), a la altura de la enorme Anna Magnani o en 'El farsante' (1956) con la grandiosa Katharine Hepburn.

"Hecht- Hill- Lancaster" fue una fuerza increíblemente positiva para el surgimiento de compañías independientes que pertenecían a actores, productores y otras personas creativas. Sus producciones fueron estupendas siendo 'Trapecio' (1956) la más exitosa de todas ellas y con 'Marty' (1955) consiguieron varios Oscar. La compañía "Hecht-Hill-Lancaster" desapareció en 1959 por graves problemas económicos. Poco después Burt Lancaster participó junto con Kirk Douglas en 'Duelo de titanes' (1957), una película que no le apetecía hacer pero tuvo que hacerla para acabar su compromiso con Hal Wallis. El choque de carácteres actorales entre Kirk Douglas y Burt Lancaster se fomentó en un gran respeto entre ambos. Con 'Chantaje en Broadway' (1957), Burt Lancaster realizó una interpretación alejada a lo que había hecho anteriormente. Con 'El fuego y la palabra' (1960), Burt Lancaster ganó el Oscar al Mejor Actor. Fue un premio muy merecido. Un héroe que en verdad era un villano y Burt Lancaster hacía que se amase a Elmer Gantry.

Nunca formó parte del club selecto de Hollywood. Era sencillo. Solía vestir con un par de trajes habitualmente llevando siempre una corbata en el bolsillo. Le gustaba leer, muchas veces un libro al día sentando tranquilamente en su casa oyendo música clásica. Odiaba los estrenos, no soportaba hablar con la prensa. Estuvo casado muchos años con Norma, la madre de su hijos, a los cuales adoraba y era un buen padre.Tuvo 5 hijos. Le encantaba jugar al bridge y salía con Nick Cravat siempre que podía a correr por las mañanas. Estuvo comprometido con la política de su época, apoyando a Martin Luther King y participando en la Marcha por los Derechos Civiles.

Burt Lancaster siempre aceptaba retos, fueras cuales fueran y en 1963 se marcó a Sicilia a rodar bajo las órdenes de Visconti ' El gatopardo', la cual interpretó con una ilusión tremenda. A Burt Lancaster los críticos le acusaron durante años de no meterse en la piel de sus personajes, de ser superficial, poco desarrollado y muy uniforme. Él se tomaba esas críticas muy a pecho y trataba de buscar en su interior como desarrollar una interpretación con más matices, con más contrastes, dar más vida a los personajes que interpretaba. Siempre se superaba, buscaba nuevos territorios que conquistar. Su personaje en 'Trapecio' es como una metáfora de la vida de Burt Lancaster. Siempre fue consciente que si una escena era plana y vacía, su misión era insuflarle vida, como por ejemplo en 'Atlantic City' (1980). Dentro de su filmografía, siempre se observa que hacía una o dos películas muy comerciales y luego elegía algo completamente distinto, algo arriesgado. Y esa era uno de sus aspectos más característicos: la manera de elegir las películas.

Burt Lancaster era alguien fuera de la corriente, de gran humildad. Nunca tuvo miedo de que nadie le robara una escena. De hecho ayudaba a los actores a conseguir mejor interpretaciones. Te creías todas las películas que hacía Burt Lancaster, ese era el magnetismo que tenía. Jamás se le olvidaba de donde venía. Estaba orgulloso de esos orígenes y reverenciaba a la gente que le había influido en su vida. Lo que hacía maravilloso a Burt Lancaster es que podía ser para todo el mundo lo que ellos quisieran que fuera: un poeta que transmitiera una gran sabiduría, el atleta, el acróbata... podía ser todo lo que quisieras que fuese porque lo era todo. Era un gran actor. Falleció en 1994, el mismo año que su gran amigo Nick Cravat.


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