jueves, 12 de diciembre de 2019

'La heredera', ingenua, desengañada, cruel


Tras 'Los mejores años de nuestra vida' (1946), William Wyler concluía sus obligaciones de contrato con Samuel Goldwyn. Fueron años difíciles en los cuales discutieron a menudo sobre el reparto de beneficios de 'Los mejores años de nuestra vida'. Además William Wyler quería algo más de libertad en sus películas y con Goldwyn no era posible. Por ese motivo decidió unirse a una compañía fundada por Frank Capra, George Stevene y Sam Briskin que tenía el peculiar nombre de Liberty Films. La carrera de esta productora fue muy corta. De hecho solo pudieron producir dos películas: '¡Qué bello es vivir!' (1947) y 'El estado de la unión' (1948), que fracasaron en taquilla. Curiosamente la primera tuvo como competidora 'Los mejores años de nuestra vida'. Poco después vendieron las acciones de la compañía a la Paramount, con quienes William Wyler realizó sus siguientes cinco películas según los términos de liquidación de Liberty Films. Y fue con Paramount con quienes William Wyler puedo realizar 'La heredera' tanto como director, productor e incluso con modificaciones en el guión.


Fue Olivia De Havilland quien contactó con William Wyler para realizar 'La heredera'. Con Olivia había contactado Millie Milestone, mujer del director Lewis Milestone. Había visto la obra teatral de la novela de Henry James llamada 'Washington Square' en Broadway, la cual habían adaptado Ruth y Augustus Goetz. En esa representación, Basil Rathbone y Wendy Hiller daban vida, respectivamente, a Austin y Catherine Sloper. Peter Cookson era Morris Townsend. Convencida por la palabras de Millie, Olivia persuadió a William Wyler para que viera la obra e incluso contratara a los mismos autores para que elaborasen el guión. Olivia deseaba seguir creciendo como actriz y ambicionaba protagonizar a personajes con temperamentos fuertes. Lo había demostrado en 'Predilección' (1946), 'A través del espejo' (1946) (con doble interpretación ya que daba vida a dos gemelas), 'Nido de víboras' (1948) y sobre todo 'Vida íntima de Julia Norris' (1946) que supuso su primer Oscar a la Mejor Actriz. Para William Wyler suponía un regreso a la ambientación decimonónica como 'Cumbres borrascosas' (1939) y a filmar películas sobre mujeres fuertes como 'Jezabel (1938) y 'La señora Miniver' (1942). Wyler siente que es un proyecto ideal para él.
'La heredera' nos cuenta la historia de Catherine Sloper (Olivia De Havilland), la hija solterona de un reputado y estricto doctor, Austin Sloper (Ralph Richardson), quien considera que su hija no tiene ningún atractivo más allá de la herencia que recibiese y no ve capaz que ningún hombre se enamore de ella por lo que Catherine es como persona. Es cuando Catherine empieza a ser cortejada por un joven Morris Townsend (Montgomery Clift), de quien el doctor no duda que solo busca la fortuna de su hija mientras que Catherine piensa que con Morris ha encontrado el amor que ha ansiado toda su vida. Catherine entra en conflicto con su padre debido a Morris y su ingenuidad se va transformando en crueldad. Para William Wyler la clave era que "la emoción y el conflicto entre dos personas en un salón puede ser tan excitante como en un campo de batalla'. Posiblemente más excitante". Wyler adaptó la novela de Henry James a partir de la versión teatral de Ruth y August Goetz y de esa manera obtuvo un excelente punto de partida para la versión cinematográfica. Aún así, William Wyler no se ciñó de manera estricta a la versión teatral, como por ejemplo una escena en la cual suprime por completo el discurso que acompañaba al descubrimiento de Catherine sobre el verdadero carácter de su pretendiente, que no va a venir para huir con ella. El derrumbe psicológico del personaje lo subrayó Wyler en la cansada subida por las escaleras. A Ruth Goetz no le gustaba nada en absoluto que Wyler eliminara ese discurso. Pero una vez vistos los resultados en escena, Ruth Goetz estuvo de acuerdo con la audacia de William Wyler. De hecho esa escena tiene una curiosa anécdota. Wyler hizo subir varias veces a Olivia por la escalera y una vez, harta ya Olivia, arrojó una maleta por las escaleras y estaba vacía. Fue entonces cuando William Wyler decidió llenar esas maletas con libros. En la siguiente toma, Olivia tuvo dificultades en subir esas maletas y en su rostro y físico se notaban el desmoronamiento del personaje.
Para Olivia De Havilland supuso ya no solo su segundo Oscar a la Mejor Actriz. Fue además una de las mejores interpretaciones de la historia del cine y su consolidación absoluta como actriz. Su interpretación de Catherine Sloper es muy precisa y acompaña al desarrollo de su personaje en una lenta transformación. Su personalidad es aburrida, borrada  y reprimida por su padre, cegada además de los verdaderos sentimientos que sentía por ella. Pero los insultos que reciben causan el primer trauma de su vida. Se da cuenta de que acaba de perder la base de su existencia. Su personalidad se endurece y gana en determinación. Pasa por la ira, el odio, el asco. Cambia de manera tan radical que incluso su tía Lavinia se sorprende. Ahora tiene el coraje de responder a su padre y se vuelve tan despiadada como él como demuestra una de las frases cruciales de 'La heredera': "Puedo ser muy cruel, me han enseñado buenos maestros".De hecho, su caracterización física refuerza su fealdad con un peinado áspero, cejas gruesas y un rostro sin brillo. La evolución de su personaje de mujer ingenua pasando a ser desengañanda y finalmente de un crueldad muy calculada, es brillante. Y todo eso a pesar de las interferencias en el rodaje de Ralph Richardson y Montgomery Clift. William Wyler convenció a Ralph Richardson para asumir el papel del doctor Sloper en su primera película estadounidense. Para Wyler fue muy fácil trabajar con Richardson aunque a veces intentaba robar planos a Olivia De Havilland. De hecho Olivia declaró que Richardson se había comportado en el rodaje como su personaje, el doctor Sloper. Y que la trató de una manera cruel y egoísta. Aunque ella admitió que es exactamente lo que 'La heredera' necesitaba. Ese comportamiento desagradable ayudó a crear la tensión que funciona tan bien en su relación en pantalla.

En cambio, William Wyler quería Errol Flynn para dar vida a Morris Townsend. Tanto Olivia como Errol ya se conocían desde hace años y había realizado juntos una docena de películas para Warner. De hecho Wyler pensaba que esa presencia mediática ayudaría mucho a la promoción de 'La heredera'. Pero Flynn rechazó el papel y eso provocó que Wyler reescribiera en parte el personaje de Morris Townsend. Wyler lo perfiló de manera más ambigua y misteriosa que en el libro y la obra teatral. Borra buena parte de los detalles sobre el pasado y las motivaciones de Townsend, consiguiendo que fuera un personaje menos repulsivo a fin de que el público no sospechara que 'La heredera' no tiene un final feliz. Y para que ese personaje sea más sutil eligió a Montgomery Clift, un joven actor que acababa de rodar junto a John Wayne y dirigido por Howard Hawks 'Río Rojo' (1948) y que estaba en franca progresión debido a su primera nominación al Oscar por su primera película: 'Los ángeles perdidos' (1948). Paramount lo contrata para tres películas por medio millón de dólares. Y con Clift hubo más dificultades a la hora de canalizar su actuación, ya que su comportamiento físico no era acorde con su personaje. De hecho Wyler le obligó a tomar clases de baile durante unas semanas. Tampoco fue fácil la relación de Clift con el equipo de rodaje, soportando muchas veces sus caprichos o acusando a Wyler de favorecer las actuaciones de los demás en vez de la suya. O atacando a la propia Olivia diciendo que solo memorizaba el texto sin interpretarlo. Ese tira y afloja entre ambos, con emoción e intensidad aportó mucha credibilidad. Esa actitud un tanto esquiva de Clift resulta igualmente de atractiva para el espectador. Por otra parte no debemos olvidar la estupenda actuación de Miriam Hopkins como tía Lavinia. Su temperamento alegre, a pesar de ser viuda, contrasta con la emoción reprimida del doctor Sloper y es además cómplice de Catherine en sus encuentros con Morris. Es como una especia de Celestina bienintencionada y muy familiarizada con el comportamiento de los hombres. Y aunque Lavinia ame el romance y quiera lo mejor para su sobrina, también puede ser muy realista con ella.
En 'La heredera' permanecen temas característicos de la filmografía de William Wyler: personajes femeninos fuertes, represión de sentimientos y pasiones y contraste entre las actuaciones de determinados personajes contra las convenciones que impone la sociedad. Todo esas características eran palpables en películas de Wyler como 'Jezabel' (1938), 'Desengaño' (1936) o 'La carta' (1940) además de puesta en escena tradicional oculta dentro de la fluidez de todas sus producciones donde su estilo es tan discreto como perceptible. Wyler enfoca los detalles más pequeños con cuidados enmarcados y mueve a los personajes en espacios tan limitados como ese salón donde se desarrolla buena parte de la trama. De hecho la puerta corredera de ese salón es un elemento importante ya que casi funciona como la cortina de un teatro separando espacios y campos de visión, ayudando además a la progresion de ciertas escenas o preparando la entrada de los personajes. También Wyler se sirve de esa puerta como un elemento visual que refuerza la acción, como cuando el doctor Sloper cierra la puerta por detrás de Morris como cuando alguien cierra la trampa de su presa. Wyler filma casi toda la película en esa mansión produciendo una sensación sofocante manteniendo esa atmósfera en ese espacio tan reducido. Presenta a esos pocos personajes con mucho diálogo sin perder el ritmo y la fuerza de lo que narra.

'La heredera' se estrenó poco después de lo previsto y no fue el éxito esperado, tardando varios meses en perder el dinero invertido, unos dos millones de dólares. Wyler, muy decepcionado, acusó a Paramount de no saber gestionar el lanzamiento de las dos películas más prestigiosas del estudio ese año: 'La heredera' y 'Samsón y Dalila'. Fue un pequeño fracaso para William Wyler después de una década exitosa. Como consuelo, 'La heredera' recibió cuatro Oscar: Mejor Actriz para Olivia de Havilland, Mejor Dirección Artística en B/N, Mejor Vestuario en B/N y Mejor Banda sonora para Aaron Copland. Además recibió nominaciones a Mejor Película, Director, Fotografía y Actor de Reparto para Ralph Richardson. Aún así, William Wyler volvió dos años después al terreno del melodrama elegiendo una historia muy similar a 'La heredera', especialmente en la importancia del dinero, su ambientación y un final inolvidable. La película era 'Carrie' (1952), con Laurence Olivier y Jennifer Jones. Pero eso amigos es otra historia. O quizás otra crítica.

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