1921. Tulsa, Oklahoma. Un incidente entre un limpiabotas negro y una chica blanca desemboca en una batalla campal como más de 400 muertos, la gran mayoría negros. Gran parte de las residencias y locales negros de la ciudad fueron prácticamente arrasadas por un turba de gente blanca enfurecida y llevada por el odio. Dos años antes se produjo lo que se llamó 'El Verano Rojo de 1919' en el cual hubo disturbios raciales en más de una treintena de ciudades de Estados Unidos. Todas estas historias se han repetido a lo largo de la Historia de Estados Unidos. Son sucesos de violencia, racismo y sobre todo de supremacía blanca. Con 'Los asesinos de la luna', Martin Scorsese escarba y da luz a los males más profundos que han permeado y formado a la sociedad estadounidense. Una historia donde las tragedias de otros grupos étnicos han sido transformadas en historias de heroísmo blanco y donde un medio visual como el cine y sus westerns consiguió glorificarlo. Una historia donde los indígenas y negros son objeto de odio y violencia cuando logran cualquier nivel de éxito que les acerque a la paridad con la población blanca. Una historia que rara vez se toma en cuenta para explicar las brechas raciales y otras desigualdades económicas de Estados Unidos. Decía Balzac que "Detrás de cada gran fortuna hay un gran crimen". Quizás es generalizar demasiado aunque tal vez en caso del pasado más reciente de Estados Unidos habría que analizarlas en profundidad.