miércoles, 11 de septiembre de 2019

'Mademoiselle Fifi', la resistencia es femenina



'Mademoiselle Fifi' (íd., 1944) es la segunda película como director de Robert Wise; realmente la primera en solitario. Al igual que la anterior, 'La maldición de la mujer pantera' ('The Curse of he Cat People', 1944), fue producida por Val Lewton, insigne productor de la RKO y unos cuantos títulos dentro del género de terror, destacando, cómo no, la mítica 'La mujer pantera' ('Cat People', Jacques Tourneur, 1942). El montador de películas como 'Ciudadano Kane' ('Citizen Kane', Orson Welles, 1941) aprendió con Lewton a sugerir antes que a mostrar, también a sintetizar, todo ello con la puesta en escena.

La presente destaca en el conjunto de producciones de Lewton en aquellos años por no tratarse de un film de terror y/ o fantástico. Estamos ante la adaptación de dos de los relatos cortos de Guy de Maupassant, el que da título a la película más 'Boule de suif', con importantes cambios con respecto a la obra escrita. Así, y debido al código Hays, la protagonista pasa de ser prostituta a lavandera, y ceder ante las demandas sexuales de su antagonista —el Fifi del título, un hombre con apodo femenino— se convierte en la película en "cenar juntos". Estos cambios, lógicos por otro lado, no afectan argumentalmente a la película, la cual se divide en dos partes bien diferenciadas, y encierra muchas más cosas de las que parece a simple vista.




Simone Simon, la mujer felina más famosa de la historia del celuloide, da vida a Elisabeth, una mujer francesa que durante la ocupación prusiana se niega en todo momento a servir de cualquier forma al enemigo lo que le trae numerosos inconvenientes. Esta premisa, en apariencia simple, va ramificándose prácticamente sin que nos demos cuenta, para terminar siendo un canto a la libertad y resistencia ante cualquier clase de tiranía. Aunque el film está ambientado en la guerra franco prusiana de 1870/71, es fácil entrever en su subtexto e imágenes un claro mensaje anti nazismo, teniendo en cuenta el año de producción del film. Pero no es lo más destacado del mismo; al fin y al cabo el retrato que se hace del ejército prusiano es a base de clichés y trazos gruesos: todos realizan actos moralmente reprochables y su condición de vencedores les hace actuar a su antojo.

'Mademoiselle Fifi', título de la película, hace referencia precisamente al oficial prusiano encarnado por Kurt Kreuner. Su mote femenino es debido a su carácter mujeriego, quizá también a su refinada educación. El que la película lleve el título del nombre del personaje menos querido de la función puede interpretarse de muchas formas. Después de todo es ese personaje el más interesante de la función, un personaje que, en cierto modo, nos despista en cuanto a las expectativas de ese tipo de films. Si bien es cierto que estamos acostumbrados a ciertos elementos comunes en muchas de las películas del Hollywood de aquellos años, en el film de Wise suceden bastantes cosas fuera de lo común. Así pues el título puede representar un punto de inflexión en el argumento —su forma de actuar con los ocupados hace reaccionar a algunos de ellos— y al mismo tiempo un elemento que juguetea con los cánones del cine en aquellos años.

Es la visión del patriotismo, junto al clasismo, uno de los puntos más fuertes de la película. Y su división en una especie de dos actos de lo más significativa. Por un lado, el viaje en diligencia —con ecos más que visibles de 'La diligencia' ('The Stagecoach, John Ford, 1939)— y estancia en la posada representan la "teoría", las palabras, las ideas, los prejuicios, las formas de pensar, en definitiva, del variopinto grupo de personajes, casi todos pertenecientes a las clases sociales altas francesas. Un clasismo que hace que muchos miren a Elisabeth por encima del hombro, pero en cuanto ella demuestra ser la única precavida en un viaje tan largo al llevar consigo una gran cesta de comida para compartir, todos dejan a un lado el clasismo y Elisabeth es poco menos que una heroína. La tan típica conveniencia que practican las clases altas, algo que dota al film de una modernidad casi escandalosa.



En la segunda parte, el film se torna acción, es decir, las palabras se dejan a un lado —aunque conviene citar el directo y conciso discurso sobre la resistencia que hace en un momento dado el personaje encarnado por John Emery— y se pasa a convertirlas en hechos, con todos los contratiempos que eso conlleva. En esa parte, entre tanto patriota traicionando sus propios principios por comodidad y seguridad, dos seres perdidos, o rechazados, encontrarán apoyo el uno en el otro. En este tramo, la película empieza a volverse más oscura, la fotografía de Harry J. Wild sí empieza a recordar a las producciones terroríficas de Lewton. Incluso el terror que propone es mucho más temible: el de la ignorancia venciendo, el de la tiranía campando a sus anchas por el mundo. El de la humillación del más fuerte sobre el más débil, y lo que es peor, cómo esa humillación está vista como algo normal.

'Mademoiselle Fifi' posee una secuencia totalmente inesperada, y bastante atrevida para la época, la del asesinato de Fifi a manos de Elisabeth, de una dureza casi inusitada, punto de inflexión final en un relato sobre el valor de la libertad, y con una mujer como fuente de inspiración de supervivencia. El plano final es demoledor. La campana que repica por la muerte de un oficial prusiano es, en realidad, una llamada a la necesaria resistencia ante todo aquello que coarta la libertad humana. Un plano en el que Wise se recrea un poco, con total y absoluto derecho, el ángulo de la cámara y el zoom son una declaración de intenciones. La resistencia, femenina, por encima de todas las cosas.




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