lunes, 4 de diciembre de 2017

Gunga Din - El mejor hombre que he conocido


A finales de los años 30, las películas de aventuras épicas coloniales era un tremendo éxito: 'Beau Geste, 'Tres lanceros bengalíes', 'Las cuatro plumas', etc y RKO decidió con 'Gunga Din' ofrecer una gran superproducción. Y fue un gran éxito de taquilla. La RKO compró los derechos de ese breve poema de Rudyard Kipling a su viuda. En un principio, William Faulkner afrontó la adaptación que pasó posteriormente a Charles MacArthur y Ben Hecht. Este último tuvo un año triunfal en 1939 firmando los guiones de 'La diligencia', 'Cumbres borrascosas' y 'Lo que el viento se llevó'. No en vano, Hecht era uno de los guionistas mejores pagados. La adaptación que hicieron ambos guionistas, en la cual hubo otros escritores que fueron puliendo partes de guión (Joel Sayre y Fred Guiol fueron los únicos acreditados), estuvo lleno de añadido adicional respecto al poema de Kipling.

'Gunga Din', que significa "Espíritu del Ganges", cuenta las aventuras de tres soldados británicos en la India colonial a finales del siglo XIX. Junto a ellos va un aguador hindú llamado Gunga Din que aspira a ser soldado de su Majestad y se enfrentan a una temida secta de estranguladores llamados "Thugs". Este último elemento es la parte principal que se le añade a lo escrito por Kipling. A lo largo de la película los protagonistas se topan con esos estranguladores, con adoradores de Kali, fosas de serpiente, templos laberinticos, puentes colgantes, grandes y pequeñas peleas y finalmente una batalla. En primer visionado da cierto aire a "Indiana Jones y el Templo Maldito" salvando las distancias, claro está. Por otra parte, vista desde otra perspectiva, es un western encubierto. De hecho en 1962 hubo un remake llamado 'Tres sargentos' que se ambientaba en el Oeste Americano y en 1951 hubo otro llamado 'Tres soldados' que guardaba más fidelidad al relato de Kipling.


En un principio, la dirección fue otorgada a Howard Hawks a quien la RKO miraba con recelo debido a los retrasos en la producción de 'La fiera de mi niña'. Finalmente se contrató a George Stevens, quien se había distinguido en los últimos años en el estudio en películas como 'Señorita en desgracia', 'Olivia', 'En alas de la danza', 'Annie Oakley' y 'Sueños de juventud'. Lo que en un principio pareció una decisión económica, disparó el presupuesto ya que Stevens insistió en rodar en los exteriores del desierto de Long Pine en California extendiendo el plan de rodaje de los 64 días previstos a los 104. Aún así, Stevens ofrece una aventura bien orquestada, tensa, que mezcla lo burlesco con lo épico y bien rodada y conjugada con una fantástica fotografía, montaje final, caracterización de extras y una dirección artística a reseñar, en especial la aldea del primer ataque y el templo que sale en el tramo final. La autenticidad que requería Stevens se ve claramente expuesta.

La elección del reparto era fundamental para conseguir la química especial al estilo de Los tres mosqueteros. Victor McLaglen, que recientemente había ganado un Oscar como mejor actor por 'El delator', fue elegido como el bruto y noble sargento. A Cary Grant se le ofreció el papel del galante soldado pero lo rechazó para hacer de Archibald (como su nombre real) Cutter, un personaje más cómico, como un niño pequeño. Dos semanas antes del rodaje, se eligió a Douglas Fairbanks jr. para hacer de ese galán quien se quiere casar con su prometida, una jovencísima Joan Fontaine, mientras sus dos compañeros tratan de impedirlo, muy al estilo de 'The Front Page' o la posterior 'Luna Nueva'. Este trío parecía la perfecta combinación de héroes que pedía el público, que defendía valores de camaradería, amistad, lealtad, entrega, etc. Y quien da nombre a película, Gunga Din, estaba pensando en un principio para Sabu, pero Alexander Korda no lo quiso ceder ya que estaba en preproducción con 'El ladrón de Bagdad'. Se eligió entonces, en una sorprendente y a la vez acertada decisión, a Sam Jaffe, cuya más reciente aparición había sido en 'Horizontes Perdidos'. En general todas las actuaciones son estupendas, desde ese trío tan carismástico, pasando por ese Gunda Din tan noble y sacrificado como cómico y ese guru de los Thuggee, tan amenazante cuando sale.

Y es que 'Gunga Din' lo tiene todo: pasión, romance, épica, buen humor, con personajes inolvidables acompañados de un ritmo in crescendo, una fantástica música y una realista ambientación. Todo lo que combina una buena película de aventuras.

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