sábado, 2 de noviembre de 2019

'Donde el círculo termina', el crimen perfecto



'Donde el círculo termina' ('The Scapegoat', Robert Hamer, 1959) es la penúltima película de su director, uno de los grandes desconocidos de la filmografía británica. Realmente habría que decir la última, pues fue despedido de la siguiente, 'Scholl for Scoundrels' (1960) por trabajar completamente borracho, un vicio que acabó con su vida pocos años después. Hamer murió relativamente joven, 52 años, debido a un alcoholismo que no podía controlar ni lo más mínimo. Jamás sabremos hasta dónde habría llegado en los años siguientes, pero hasta donde pudo nos dejó algunas de las mejores películas británicas, en especial, aquellas que hizo para la productora Ealing, como por ejemplo 'Ocho sentencias de muerte' ('Kind Hearts and Coronets', 1949), sin duda su película más recordada, en la que Alec Guinness interpreta nada menos que ocho personajes.

Precisamente Guinness fue el actor fetiche de Hamer, además de un buen amigo, tal y como lo demostró en el rodaje de la presente película. Hay que tener en cuenta que la primera opción para interpretar al protagonista de la película fue Cary Grant, pero la autora del relato, Daphne Du Maurier, insistió en Alec Guinness porque le recordaba mucho a su padre, que fue actor. Dicha decisión ue de gran ayuda para Hamer, que tuvo la inestimable ayuda de su amigo durante toda la filmación, en la cual tuvo bastantes lapsus provocando el airado enfado de doña Bette Davis, que a su vez mostraba su total desacuerdo con haber sido relegada a un personaje bastante secundario. Un rodaje bastante complicado y lleno de anécdotas que sin embargo no afectó lo más mínimo al resultado, una pieza maestra de extrema sensibilidad que se corona como uno de los mejores trabajos de su director.



El argumento de 'Donde el círculo termina' sorprende ya a los pocos minutos del inicio. John Barratt (Guinness) se encuentra en un bar con Jacques De Gue (Guinness), un hombre exactamente igual a él. Un doppelganger, que dirían los alemanes. El doble que tantas veces se ha usado en cine y literatura para hablar, entre otras cosas, del lado perverso que todos tenemos. En la película dicho encuentro de lo más casual irá desembocando en una historia de lo más increíble, pero que Hamer narra con enorme convicción. Sin quererlo el protagonista —Barrett— se encuentra viviendo la vida de su doble, una buena vida, una excelente vida llena de grandes mansiones, una familia de lo más rara —con doña Bette Davis como cabeza de familia— a la que en un principio él intenta convencer de que no es quien ellos creen.

No he leído la obra original de Du Maurier —sus mejores adaptaciones vinieron de la mano de Alfred Hitchcock—, y al parecer ella se quejaba bastante en el set al comprobar que el guion, escrito por el propio Hamer y Gore Vidal, se apartaba del libro. Lo expuesto en el film es una cautivadora trama en la que poco a poco vamos tomando ese lugar como propio, es decir, de Barratt, con quien empatizamos totalmente. De Gue ha desaparecido, nadie cree su historia, por lo que sin nada que perder decide tomar prestada la identidad de aquél y vivir su vida, tomando evidentemente otra serie de decisiones. 'Donde el círculo termina' es ante todo un drama. El drama de un pobre hombre que pasa de no tener nada ni a nadie, a tenerlo prácticamente todo, incluido el amor por partida doble —De Gue está casado y además tiene una amante—, y decidido sobre todo a conservar lo que sin duda parece una buena vida, al menos en sus manos. Ahí radica uno de los elementos más interesantes del relato, los cambios, por otro lado evidentes, que el diferente carácter de Barratt provoca per se.



Baste señalar un momento de un dolor indescriptible. Aquel en el que se produce la muerte de la esposa de De Gue —ahí comprendemos, incluso antes que Barrett, que es un asesinato cometido por el verdadero esposo, un crimen totalmente planeado que sin embargo tendrá consecuencias inesperadas—  y el impacto que la noticia tiene en Barrett. Es probablemente la secuencia en la que el intérprete británico más demuestra lo excelente actor que era, y en la cual comprendemos el porqué del cambio. Da Gue tendría que haber fingido dolor por la muerte de su esposa, pero como es Barratt el dolor que apreciamos en su rostro es real. La escena va oscureciéndose poco a poco; y sin cortar plano Hamer une tristeza y solemnidad —gracias a un intenso y breve travelling— en la secuencia en la que Barratt visita el cadáver de su (no) esposa. Un personaje enormemente triste recibe un adiós totalmente sentido por parte de alguien que no la conoció lo suficiente y que llora su muerte como lo haría una verdadera pareja.

Hamer era un experto en mezclar tonos, e incluso géneros. Podía introducir de forma muy sencilla y natural una trama criminal en medio de una crítica social. El tramo final de 'Donde el círculo termina' se adentra de lleno en el film noir, con la solución, únicamente de cara al espectador, del crimen y la razón por la que se produjo el cambio de identidad. Pero lo grande de la propuesta es que realmente no importa, puesto que lo verdaderamente interesante de film es cómo un hombre le ha robado a otro toda su vida, cómo la ha apreciado más y sobre todo hasta dónde será capaz de llegar por conservarla. Y la respuesta en este caso es tan irónica como verdadera, tendrá que cometer un asesinato. El doppelganger rebelándose. Un sencillo vendaje nos muestra, sin necesidad de decir nada, quién ha salido victorioso del enfrentamiento final que Hamer opta por narrar en un acertado fuera de campo. El crimen perfecto, un excelente mcguffin como preámbulo a una vida soñada.

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