jueves, 26 de abril de 2018

'El submarino fantasma', entretenimiento puro y duro


El nombre de Douglas Sirk está asociado sobre todo al melodrama. De hecho, el director de procedencia alemana se ganó con los años el mote de “el rey del melodrama”, reescribiendo en la década de los cincuenta trabajos de John M. Stahl —caso de ‘Obsesión’ (‘Magnificent Obsession’, 1954) o ‘Imitación a la vida’ (‘Imitation of Life’, 1959)—, o aportando miradas únicas a un género en realidad difícil, caso de ‘Escrito sobre el viento’ (Written by the Wind’, 1957) o ‘Tiempo de amar, tiempo de morir’ (‘A Time to Love and a Time to Die’, 1958).


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‘El submarino fantasma’ (‘Mystery Submarine’, 1950) corresponde a una época del cineasta más centrado en westerns o films de suspense. Ambientada pocos años después de la segunda gran contienda, el film propone una mezcla de cine bélico y suspense que, sin llegar a las excelencias de las que Sirk era capaz, resulta un muy entretenido producto. Además fantasea con el hecho de que muchos nazis, tras perder Alemania la guerra, se escondieron huyendo a Sudamérica. Pero a Sirk no le interesa el drama esta vez, sino el relato de aventuras.
Para ello ofrece a Robert Douglas un papel caramelo, el del capitán de un submarino alemán que se dio por hundido durante la guerra. Sin embargo, dicho submarino sigue surcando los mares, sobre todo los de Sudamérica, realizando operaciones al mejor postor. Como se dice en cierto instante en el film, el dinero siempre tiene un país. En este caso, el país que más pague al alemán fantasma por capturar a un importante científico que será secuestrado con una artimaña bastante boba y simple. Sirk metiendo mano en el amor como motor.
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Aunque nos encontramos con un producto de evasión total y absoluto, en el que la eficacia como narrador de Sirk queda patente, la película parte de una realidad indiscutible: la enorme efectividad militar de los alemanes. Así, todas y cada una de las posibles trampas en las que el capitán Eric von Molter (Douglas) puede caer son esquivadas por éste con un ingenio fuera de lo común. Incluso cuando éste ya es apresado. La eficacia y el orgullo alemanes son lo último en perderse.
Narrada en flashback, y partiendo de una premisa un tanto pillada por los pelos: la ex esposa de uno de los fallecidos cuando el submarino se dio por destruido, puede ser juzgada, o no, por traición. En realidad una mera excusa sin demasiado fundamento, pero que da pie a Sirk para disfrutar filmando una película que posee más de suspense que de cine bélico, sobre todo en sus primeros compases. Un tira y afloja entre el capitán del submarino y sus nuevos pasajeros, resolviendo de un plumazo los posibles conflictos emocionales entre los personajes.
‘El submarino fantasma’ formaba parte de un contrato que Sirk firmó con la Universal hacía varios años, con una cláusula especial, la de dirigir una película de primer nivel ——hablamos de una gran producción, actores de primera fila, etc—, film que terminaría siendo el drama de suspense protagonizado por Claudette Colbert, el estimable ‘Tempestad en la cumbre’ (‘Thunder on the Hill, 1951). Ésta de nivel menor, a niveles de producción, no desmerece de otros títulos de la época menos conocida de un director al que le faltaría poco para hacer historia.

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