"Eran jóvenes, instruidos y vírgenes aquella noche, la de su boda, y vivían en un tiempo en que la conversación sobre dificultades sexuales era claramente imposible". Con esta gran apertura, la novela de Ian McEwan "En la playa de Chesil" establece su escenario perfectamente. El sexo es una extensión del amor. Se trata de la intimidad emocional que proviene de él como del placer físico que lo impulsa. Tanto amor con sexo pueden ser excluyentes en muchos casos pero en matrimonios saludables suele funcionar al unísono.'En la playa de Chesil', dirigida por un debutante Dominic Cooke y con guión del propio autor de la novela, Ian McEwan, se cuenta la historia de una joven pareja, feliz y profundamente enamorada y su conflicto con la intimidad sexual en el día de su boda.
'En la playa de Chesil' explora la relación y el factor sexual de ambos lados, su torpeza y resistencia, a través de una serie de flashbacks que se intercalan en el día de la boda de esta pareja. Toda esta situación se ambienta en la Inglaterra de 1962. En un hotel en la cercanías de la playa de Chesil en Dorset, Florence (Saoirse Ronan) y Edward (Billy Howle) se están preparando para pasar su primera noche juntos como marido y mujer. La revolución sexual está cercana y ambos son ingenuos e inexpertos con el sexo. Mientras mantienen una conversación incómoda y nerviosa durante un paseo por la playa y llegando a una cena en su habitación, se nos muestran imágenes del pasado de como se conocieron. En 1962, las parejas sabían que el sexo ocurriría casi de manera inevitable en la noche de bodas. Era algo indiscutible. Y el sexo prematrimonial no era algo que se planteasen, ni explorasen. Más en parejas jóvenes tan precoces. Por lo tanto ese primero encuentro físico se abordaba con cierta inquietud. 'En la playa de Chesil' lleva esa cuestión al extremo y da detalles precisos.
Durante esos flashbacks hacía el pasado que nos muestra 'En la playa de Chesil', vemos como Florence y Edward se convierten en pareja. Aprenden el uno del otro y comparten sus esperanzas y sueños. Es conmovedor ver como Florence conoce a la madre de Edward, la cual está afectada de un trastorno mental. Todo parece ir encaminado a que llegarán a ser una pareja feliz que se casará bajo la aceptación de sus padres. En todos esos momentos 'En la playa de Chesil' nos muestra los aspectos dóciles de esa relación. Pero para poder comprender la premisa de 'En la playa de Chesil' uno debe entender como la sociedad veía el sexo a principios de los sesenta. Las parejas deben comunicarse, hablar de sus deseos y necesidades. Si no se expresan a la otra parte de la pareja, la situación no va a mantenerse sólida por mucho tiempo. En aquellos años no se discutían aquellas cosas porque se consideraban delicadas o simplemente tabú. Aunque pasaran mucho tiempo juntos ¿Podrían llegar realmente a conocerse?. Esa es la pregunta que plantea 'En la playa de Chesil' echando una mirada inquebrantable a la incomodidad.
'En la playa de Chesil' trata esos temas de intimidas de manera muy seria en situaciones que podrían ser chistosas y el humor podría existir. En cambio, revela la profundidad íntima y la torpeza de cada personaje de la pareja en esa situación. Más allá de los componentes físicos del acto sexual, tanto Florence como Edward brindan una comprensión profunda de sus deseos, sus necesidades individuales, su manera de afrontar el acto sexual y todos los esfuerzos que realizan para transitar del amor feliz al amor físico con el coito. Sus expectativas son diferentes. Edward espera que Florence esté tan ansiosa como él pero no quiere presionarla. Se muestra nervioso y emocionado. Florence, por otra parte, teme al momento. Su conocimiento del sexo proviene de un libro, el cual es demasiado gráfico y asocia el acto con el dolor físico y emocional. Con ese libro intenta aprender para superar sus miedos y poder complacer a su esposo. Pero en el momento cumbre del acto ocurre un hecho que desconcierta a ambos.
Tanto Saoirse Ronan como Billy Howle están fantásticos en 'En la playa de Chesil'. Ambos se involucran en sus personajes de manera interna y externa. Billy Howle desempeña su personaje muy bien haciendo todo lo posible para que la experiencia sea para ella placentera siendo muy delicado y paciente. Sus tropiezos le frustran. Su entusiasmo y el terror de Florence chocan en cada escena. Edward es estable hasta que la situación le supera y más con la propuesta que le hace Florence, lo cual podría ser el principio del fin de una relación basada en el amor y la confianza pero que de repente ésta última se pierde en un esfuerzo por consumar la primera. Saoirse Ronan ofrece una actuación un tanto afectada poniéndole mucho entusiasmo en un personaje que a menudo parece estar un poco fuera del mundo que la rodea. Algunos flashbacks de la infancia de Florence parecen proporcionar algunas pistas sobre la naturaleza de sus problemas pero tampoco están realmente aclaradas por la narración. Deja la sensación de que algunas escenas explicativas relacionadas con ciertos personajes fueron eliminadas.
La dirección de Dominic Cooke es muy eficiente. Reúne a dos actores capaces de sacar la necesidad dramática del material de Ian McEwan. Si bien la ambientación de la época y los actores secundarios son impecables, las escenas tienen un resplandor cálido y romántico que provocan que la secuencia climática en la playa del título sea aún más impactante. Es el momento más álgido y Dominic Cooke enmarca a los dos actores de una manera que refleja la tensión dramática y el deterioro en su relación. Sin embargo, a partir de ese momento 'En la playa de Chesil' baja de nivel y su aspecto de flashbacks para a ser una historia por etapas que da cierta sensación de falsedad rebajando en exceso el golpe devastador y siendo más de un tono melancólico y desolador. Aún así, estropeando ligeramente la película, no la arruina.
'En la playa de Chesil' nos habla de la naturaleza impetuosa de la juventud. No hay villanos, no hay culpables. Ambos son víctimas, de diferentes maneras, de la moralidad sexual de la época. Además 'En la playa de Chesil' es una mirada bien elaborada y bien interpretada de la delicada y compleja cuestión de las expectativas que rodean al acto sexual. Y de como la comunicación es la base fundamental de una pareja.
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